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(Descripción en español al final)
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This May
13th the 2012 Atitlan Scientific Expedition came to its end. I think
that for the new generation, both for foreign scientists who had not come
before, as for national students, it’s been a unique and very exciting
experience. This time, however, I had a different feeling from that of 2010.
This time my feeling is satisfaction that everything went very well and that I was able
to work again with many friends I met in 2010. I don’t feel sad this time, as
probably the new generation feels. The reason, well, I’m confident that we will
continue working together, both in Guatemala and the U.S. or Czech Republic, as
we have done since 2010. Sudeep Chandra, one of the leaders of the expedition,
once said: "Goodbyes are overrated". And he was right. After the
first scientific expedition, I`ve worked with them in June, August, December, I
saw them in February 2011, and worked with many of them again at the Castle
Lake limnological station in California. This will continue, and gradually, we will
ensure the future of Lake Atitlan, and many of Guatemala’s inland waters.
As a
sports fan, when choosing someone, I think of it in sports terms ... So in this
2012 season, I’m happy about the 'signings' I made. I felt like Phil Jackson or
Guardiola when suggesting them ... LOL. The key is to look for people who have
ability and are excited by the subjects of these investigations, who are also
willing to work and are not negative or problematic people. The latter is
critical for the team’s harmony to be maintained. It is not enough just to know
a lot when working on these projects. Personally, I recommended Rana and Isa,
my university colleagues, who meet the above key conditions. Both were very
helpful to this project. They like fish and aquatic invertebrates, which they
identified and counted by hundreds. Isa helped to deploy bioessays when the
lake was choppy, thanks to her pentathlon skills, she had no problems while
doing so. Rana contributed greatly to its chemical analysis. In general, the
new generation worked very well. And of course, the foreign team was great as
usual. None of them were arrogant despite their scientific level, they all remained
positive, and were always willing to answer and explain in detail any of the questions
we had.
I want to mention again that this expedition was more efficient than the one in
2010. We achieved more with the same effort, and achieved all the goals we had.
There was even time for personal projects that were presented by students at
the end. But of course, the past experience was the key in all this, so
everything was more focused now, everyone was aware of the potential problems
and the new generation had a week of training before going to the field.
What I liked more about this expedition, from my perspective as a TA - Teacher
Assistant, was to be in a unique situation, a intermediate between students and
foreign scientists. I remembered how I felt in 2010 when helping the new
students. This time, the pressure of foreign scientists extended to me. I had
to do many unscientific work so investigations worked well; eg blacksmith,
purchase of materials, preparation and solicitation for ships and boats, to contact
many people and make sure that the limnological equipment worked well. The
latter included reading guides to calibrate the new physicochemical parameters
readers, repair and / or improve various mechanical pieces and also check my
photos and information from past expeditions to properly place and secure the
pulley systems for sampling. The good thing about Guatemala is that blacksmiths
are very skillful and charge cheap prices. This facilitated the development of
key tools to take samples from 315 m deep with a drill. Otherwise they would have
been done manually, which is not only very tiring, but slow, and as of lake
Atitlan where Xocomil hits hard at midday, makes work almost impossible due to
the strings moving and generating an unwanted non-vertical angle. All the limnological
equipment; from the simple secchi disk to the Eckman traps and the YSI; are
very tricky and if a small piece of metal as of 5 cm fails, it can mean a mediocre
or lost workday, which translates into wasted money. The strong wind blowing in
Atitlán makes everything into a greater challenge and a race against time. In this
expedition I was in charge of monitoring the big boat, and I did it 'like a
boss' LOL.
Finally,
I want to thank our financers, the scientists (foreign and guatemalan) that
worked and put their energy and time in our lake, and everyone who’s willing to
support the conservation of Atitlán.
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Este domingo 13 de Mayo finalizó la expedición científica
de Atitlán 2012. Puedo afirmar que para la nueva generación presente, tanto de
científicos extranjeros que no habían venido, como de estudiantes nacionales, ha
sido una experiencia única y bastante emocionante. En esta ocasión tuve un
sentimiento diferente al del 2010. Esta vez el sentimiento es de satisfacción
de que todo resultó muy bien y de poder haber trabajado y convivido de nuevo
con varios amigos que hice en las expediciones pasadas. No siento tristeza al
despedirme como en el 2010. Esto es porque tengo la confianza en que seguiremos
trabajando juntos, tanto en Guatemala como en EEUU o bien República Checa, como
lo hemos hecho desde que esto inicio.
Sudeep Chandra, uno de los líderes de la Expedición dijo una vez:
“Goodbyes are overrated” (las despedidas están sobreestimadas). Y ha tenido
razón. Luego de la Expedición de Abril de 2010 trabajé con ellos en Junio,
Agosto, Diciembre, los vi en Febrero de 2011, y volví a trabajar con ellos en
la estación de Castle Lake, California. Esto continuará, y poco a poco se
asegurará el futuro del Lago de Atitlán, y de los cuerpos de agua continentales
del país.
Como fanático de los deportes, al momento de seleccionar
a alguien lo pienso en términos deportivos… Así que en esta temporada 2012,
tengo que aceptar que estoy contento por los ‘fichajes’ realizados. Me sentí
como Phil Jackson o Guardiola al momento de sugerirlos… JAJA. La clave es
buscar a gente que tenga habilidad y se emocione por los temas de estas
investigaciones, que esté dispuesta a trabajar y que no sean personas negativas
o problemáticas. Esto último es crítico para que la armonía del equipo se
mantenga. No es suficiente el solo saber mucho del tema al momento de trabajar
en estos proyectos. En lo personal,
recomendé a Rana e Isa, colegas de mi universidad, quienes cumplen lo mencionado,
y ambas fueron de gran ayuda al proyecto. A las 2 les gustan los peces e
invertebrados acuáticos, los cuales identificaron y contaron por cientos. Isa
ayudó a colocar y retirar bioensayos cuando al lago estaba picado, gracias a
sus habilidades de pentatlón no tuvo problemas. Rana contribuyó bastante al
análisis químico del mismo. En general,
el resto de estudiantes de la nueva generación convocados trabajaron muy
bien. Y por supuesto, el equipo de
extranjeros también tenía las características que mencioné. Ninguno de ellos fue
prepotente a pesar de sus títulos y nivel científico. Ellos siempre se
mantenían positivos y estaban dispuestos a responder y explicar a detalle
cualquier duda que tuviésemos.
Vuelvo a mencionar que esta expedición fue más eficiente
que la del 2010. Se logró más con el mismo esfuerzo y se alcanzaron todas las
metas establecidas. Incluso hubo tiempo para proyectos personales y que fueran
presentados por los estudiantes. Claro, la experiencia pasada fue clave en todo
esto, de manera que ahora todo iba más enfocado, se tenía conocimiento de los
posibles problemas y la nueva generación tuvo una semana de capacitación
teórica antes de ir al campo.
Entre lo que más me gustó de esta expedición, desde mi
punto de vista como T.A – Teacher Assistant o auxiliar, fue el estar en una
situación única; intermedia entre los estudiantes y los científicos
extranjeros. Me recordé de cuando esto inició en el 2010 al ayudar a la nueva
generación. Al mismo tiempo, la presión de los científicos extranjeros se
extendía a mí y tenía que hacer bastante trabajo no científico para que las
investigaciones funcionaran; ej: herrería, compra de materiales, preparar y
solicitar los barcos y lanchas, contactar a xyz personas y velar por el equipo
de muestreo y su buen funcionamiento. Esto último incluía leer guías para calibrar
los nuevos lectores de parámetros fisicoquímicos, reparar y/o mejorar varias
piezas y al mismo tiempo chequear mis fotos e información de expediciones
pasadas para poder colocar de forma correcta y segura los sistemas de poleas
para el muestreo. Lo bueno en Guatemala, es que los herreros son muy ingeniosos
y cobran barato sus servicios. Esto facilitó la creación de herramientas clave
para poder sacar las muestras de más de 315 m de profundidad con un taladro. De
lo contrario se tendría que haber hecho manualmente, lo cual no solo es muy
cansado, sino tardado, y en un lago como Atitlán donde el Xocomil golpea fuerte
al medio día, hace que el trabajo sea casi imposible al mover las cuerdas y
generar un ángulo no vertical indeseado. Todo el equipo limnológico, desde el
más simple como el disco secchi, hasta las trampas Eckman y el YSI conllevan
mucho tecnicismo y el que no funcione una pequeña pieza de metal de 5 cm puede
significar un día de trabajo perdido o mediocre que se traduce a dinero
malgastado. Y el viento fuerte en Atitlán hace todo un desafío mayor y una
carrera contra el tiempo. Estuve a cargo
del monitoreo en el barco grande, y lo hice ‘like a boss’ JAJA.
Finalmente quiero agradecer a quienes financiaron todo
esto, a los científicos (nacionales y extranjeros) que se interesan y dedican
su energía y tiempo en trabajar en nuestro lago y a todo aquel que aprecia
nuestro Atitlán y está en pro de su mejora y conservación.